El cambio no sólo es ley de vida; el cambio es la vida misma. En un mundo cambiante a cada instante, la permanencia en el poder del Partido Socialista en la Junta de Andalucía era una anomalía democrática y hasta sociológica que el voto de una mayoría de andaluces clausuró de manera incontestable en las urnas hace unas semanas. Por primera vez en la historia, Andalucía pidió cambio de ciclo político y es responsabilidad conjunta de los partidos firmantes del pacto de gobierno ponerlo en marcha de un modo sosegado, profundo y efectivo. Esto era lo que pensaba cuando, rodeado de amigos y compañeros del Partido Popular, asistí el pasado viernes en Sevilla al inolvidable momento de ver a mi presidente y a mi amigo Juanma Moreno tomando posesión como el primer Presidente no socialista de la Junta de Andalucía. Se abría así un tiempo nuevo para Andalucía y Almería, puesto que vamos a desprendernos para siempre de ese lastre de inercias y cargas partidistas que ha supuesto para todos los almerienses la mala y prolongada gestión de la vieja administración socialista. Con Juanma Moreno al frente de la Junta de Andalucía, los populares almerienses estamos centrados y comprometidos con un proyecto que abre las puertas a un futuro mejor para nuestra tierra. Tenemos para ello un equipo repleto de personas que suman, que aportan y que creen que otra Andalucía es posible. Los andaluces necesitamos abrir las puertas y ventanas de nuestra casa para que entre aire nuevo que regenere y cambie de verdad las cosas que no funcionan en Andalucía, que por desgracia son muchas. Y estoy seguro de que con el gobierno de Juanma Moreno veremos llegar a una Andalucía que se desafíe a si misma a crecer, a mejorar y a progresar de verdad. Los andaluces estamos preparados para asumir el reto de traspasar la zona de falso confort que nos ha delimitado la Junta del PSOE y vamos a superar el miedo a perder la perspectiva que nos han creado artificialmente los socialistas. En definitiva, es hora de pensar en grande y a lo grande. Para ello, tendremos ahora un gobierno capaz de mirar a los ojos a Almería y otorgarle el sitio que su talento, su potencialidad y su empuje le hacen merecer. Algo que hasta ahora había chocado con el factor limitante de un PSOE ajeno a nuestra realidad y a nuestras demandas, y con unos representantes locales sometidos y temerosos al poder orgánico socialista. Almería sale ganando y yo, como Alcalde de Almería, me comprometo a seguir cumpliendo lo que anuncié en mi toma de posesión: defender los intereses de Almería allá donde sea necesario, sin reparar en el color político de mis interlocutores. Lo hice antes y lo seguiré haciendo ahora, y con más fuerza si cabe.