Almería es la única capital en toda Andalucía en la que su ayuntamiento ha conseguido bajar el IBI en 2017. Ya lo hicimos en 2016 y lo volveremos a hacer en 2018 y en 2019. Se trata de medidas de calado social que responden al compromiso de mi Equipo de Gobierno de hacer el máximo esfuerzo posible por reducir la presión fiscal a los almerienses. Y así, en el transcurso del último Pleno aprobamos la modificación de la Ordenanza Fiscal número 2, reguladora del Impuesto sobre Bienes Inmuebles, fijando el tipo de gravamen en un 0,485% cuando se trate de bienes de naturaleza urbana y del 0,625% cuando se trate de bienes de naturaleza rústica. Esta modificación vendrá a reducir el año que viene otro 1,5% el IBI, sumando este porcentaje al otro 1,5% que se ha reducido en este año. Son medidas al alcance de nuestras posibilidades que continúan el esfuerzo de gestión municipal que permita cumplir mi compromiso de seguir bajando este impuesto y alcanzar, al término de la Corporación un 5%. Por otra parte, la modificación de esta ordenanza viene acompañada de una bonificación en la cuota íntegra del impuesto para el inmueble que constituye la vivienda habitual, para las familias numerosas de categoría general (más de tres niños) de un 50%, elevado hasta un 90% en el caso de las familias numerosas de categoría especial (más de cinco niños). Creo que es evidente que el Equipo de Gobierno Municipal trabaja con una perspectiva claramente social que enlaza con otra de las prioridades de nuestra gestión: la creación de empleo. De hecho vamos a seguir empleando todos nuestros esfuerzos en seguir reduciendo la presión fiscal y continuar la tónica creciente de las oportunidades de empleo, dos variables que vienen acompañadas, una de otra, y que sólo son posibles desde una gestión responsable que no ponga en peligro las cuentas municipales. De hecho, no hay otro ayuntamiento que haya adoptado una batería de medidas similares para reducir la presión fiscal a los vecinos, por lo que es bueno recordar que desde que en 2014 Almería se acogió a la aplicación de coeficientes reductores del valor catastral, éstos acumulan una rebaja del 35 por ciento, lo cual no sólo beneficia al IBI, sino que también repercute en otros impuestos y tasas asociados al valor catastral, como la plusvalía, IAE, licencias de actividad y apertura, transmisiones patrimoniales y actos documentados sucesiones y donaciones o IRPF. Almería tiene uno de los tipos de gravamen más bajos de las capitales españolas y es una de las pocas capitales de provincia que ha bajado el IBI en 2017, lo bajará en 2018 y en 2019. Un compromiso de palabra, que es ya un hecho.