La celebración del Día de la Mujer supone, un año más, la oportunidad de reflexionar sobre la aportación de valor que las mujeres almerienses hacen al presente y al futuro de nuestra sociedad. Es mucho lo que todos les debemos, es mucho lo que las necesitamos y es mucho lo que esperamos de ellas. Pero creo que este año se está haciendo más patente que nunca la necesidad de reducir la tensión ambiental creada en torno a esta conmemoración. Y lo digo porque creo que la necesaria búsqueda de la igualdad en nuestra sociedad y la equiparación plena de derechos y obligaciones entre hombres y mujeres necesita más eficacia y menos ideología. La defensa permanente de los derechos de la mujer, la erradicación de la violencia de género y la eliminación de cualquier comportamiento o sesgo que discrimine o disminuya su libertad o su capacidad de acción y emprendimiento, son objetivos compartidos que deben superar la interpretación partidista o de la disputa ideológica. La igualdad real es el pilar sobre el que se asienta nuestro futuro como sociedad y todos, desde nuestras respectivas responsabilidades, debemos sumar el mejor de nuestros esfuerzos por hacerlo más amplio, más sólido y más sostenible. Durante demasiado tiempo la historia de Almería se ha escrito en el tiempo verbal de los hombres, borrando y silenciando el paso de muchas mujeres. Y creo que no sólo es necesario, sino que sobre todo es justo, ampliar ese enfoque y abrir el relato de nuestros éxitos colectivos a la innegable aportación de tantas mujeres. Nosotros tenemos el deber histórico de legar nuestros hijos una sociedad que haya puesto punto final a esa insensibilidad que ha significado la invisibilidad de miles de mujeres en nuestra historia. Mujeres que estaban, pero que no contaban. Mujeres que existían, pero que no eran. Mujeres anónimas, a las que una sociedad profundamente injusta no ha dejado brillar. En este sentido, el Ayuntamiento de Almería, en esta conmemoración del 8-M tan diferente en la forma, pero tan permanente en su significación, quiere seguir sacando a la luz el papel de la mujer en la construcción de una sociedad cada día más abierta, más participativa, más inclusiva y, por tanto, mejor. Los galardones que mañana entregaremos en un acto reducido y ajustado a las normativas sanitarias, serán el mejor reflejo de ese necesario pulso que debemos seguir manteniendo en la búsqueda de una mejor sociedad. Queremos seguir apostando por un feminismo positivo y no excluyente, capaz de trabajar por la sociedad desde la suma y no desde la división. Desde la aportación y nunca desde la confrontación. Un feminismo sin siglas, ni colores. Un feminismo moderno y realista, más cercano a la utilidad que a la consigna, y que sea capaz de adaptarse a las necesidades y retos de una sociedad cargada de desafíos colectivos en la que todos, con independencia de nuestro sexo, somos necesarios.