Siempre digo que en Almería la mejor Feria es siempre la que está por venir, porque la ilusión y las ganas de superar lo logrado edición tras edición es el mejor motor de crecimiento y desarrollo de la mejor semana del año en la mejor ciudad del mundo. Sin embargo, todo apunta a que esta idea va a cobrar especial fuerza un año más entre los almerienses, que en contra de nuestra voluntad y de nuestros deseos, pero movidos por el necesario espíritu de la prudencia y la responsabilidad, vamos a tener que volver a celebrar nuestra Feria en honor a la Virgen del Mar con unas imprescindibles medidas de seguridad sanitaria derivada de la evolución de los contagios en las últimas semanas.
Tras el parón en seco del año pasado, la de 2021 apunta a ser una Feria un poco mejor que la última, pero aún lejos de los modelos y usos a los que estamos acostumbrados y tanto echamos de menos. Las recomendaciones de las autoridades sanitarias, cuya prioridad está lógicamente en la protección de la salud pública, nos empiezan a dibujar un escenario de celebración en el que volverá a ser necesario suprimir todas aquellas actividades que no se puedan controlar e impliquen aglomeraciones, como por ejemplo la tradicional Batalla de Flores, el Pregón que se celebra en las inmediaciones del Cable Inglés con la presencia de cientos de almerienses o los conciertos con el público de pie. Si la evolución de los contagios no ofrece un cambio radical en las próximas fechas, y nada apunta a que esto pueda ser así, no podremos contar con los habituales ambigús en el centro de la ciudad, aunque eso no supondrá el cierre de la hostelería , que lleva abierta ya varios meses y trabajando además con extraordinario celo y profesionalidad. Y todo esto lo haremos aún siendo conscientes de que la positiva respuesta que los almerienses han dado a las recomendaciones sanitarias ha posibilitado que la ciudad y la provincia estén manteniendo a raya el virus y que disfrutemos de una posición privilegiada respecto a otros territorios.
No obstante, las ferias son en sí un motivo para la proximidad y el contacto y parece prudente restringir al máximo la posibilidad de que puedan volver a
producirse contagios, especialmente entre aquellos sectores de la población, los más jóvenes, que aún no tienen completada la pauta de
vacunación y son además el público mayoritario en las actividades feriales.
Seguimos manteniendo estrecha comunicación con las autoridades sanitarias de la Junta de Andalucía y serán sus recomendaciones las que apliquemos, desde la convicción de que estamos haciendo lo que debe hacerse. En este sentido, aprovecho para recordar algo que no importa repetir y escuchar o leer muchas veces: el virus sigue entre nosotros. Por incómodo y triste que nos parezca, aún no hemos terminado de derrotar a la pandemia. Es por ello imprescindible que ahora que la vacunación está protegiendo a cada vez más personas y estamos mucho más cerca de la vuelta a la normalidad que el pasado verano, hagamos un último esfuerzo de responsabilidad compartida y mantengamos las medidas de autoprotección y convivencia que se han revelado como determinantes a la hora de frenar el impacto brutal de esta pandemia. La Feria del año que viene será, sin duda, mucho mejor que la de este año. Y ya estamos trabajando para ello.