Las conexiones ferroviarias de la ciudad de Almería siguen siendo un importante freno para el crecimiento económico y para la calidad de vida de todos los almerienses. No es la primera vez que reflexiono públicamente sobre este asunto e insisto en que nuestra capital sigue teniendo unas infraestructuras ferroviarias propias del S. XIX, y eso hay que achacárselo a todos los gobiernos de todos los partidos que ha habido en España en las últimas décadas. Ahora mismo gobiernan PSOE y Podemos, y fue el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, quien vino a Almería hace unas semanas a adquirir el compromiso de la llegada del AVE en 2026, ampliando así en tres años más el plazo que él mismo nos había dado sobre el cumplimiento de esta aspiración en 2023. Pero al margen de esa circunstancia, que supone otro incumplimiento en este agotador proceso, siguen existiendo importantes incógnitas que el actual Gobierno sigue sin despejar, como la fecha de la vuelta del tráfico ferroviario a la estación de Almería, que el propio ministro Ábalos anunció como prevista para el mes que viene. Ojalá que se cumpla esta previsión y no seré yo el que la ponga en duda. Todo lo contrario: seré el primero en celebrar que los almerienses puedan volver a entrar y salir por tren desde nuestra estación. No obstante, hay zonas de sombra en el futuro que necesitan aclararse con urgencia, como la financiación de la segunda fase del proyecto de soterramiento. Es cierto que después de dos décadas de debate hemos alcanzado un buen e histórico acuerdo entre Gobierno, Junta y Ayuntamiento respecto del modelo de actuación, pero tenemos que resolver la cuestión que más nos preocupa en estos momentos, que es su coste. A nadie se le escapa que, como alcalde de Almería, quiero para mi ciudad el mejor soterramiento posible al menor coste posible, porque las obras no se hacen con buena voluntad y grandes acuerdos, sino con cuantiosas inversiones de dinero público. Y queremos medir muy bien la parte del proyecto de debe salir del bolsillo de los contribuyentes almerienses. Del mismo modo, no podemos olvidar que Almería necesita conocer qué planes tiene el Gobierno respecto del futuro del edificio de la histórica estación de ferrocarril, ahora que tras muchas acciones de presión del conjunto de la sociedad almeriense se han vuelto a activar las obras de la segunda fase de su rehabilitación. Aún queda la tercera y seguimos sin saber qué quiere hacer el gobierno del PSOE y Podemos con ese edificio, que iba a ser cedido al Ayuntamiento de Almería totalmente restaurado por el anterior gobierno del Partido Popular y sobre el que sigue sin pronunciarse claramente el actual ejecutivo. Siempre he pensado que la estación debería recuperarse para un uso público y cultural que ofrezca la mejor bienvenida a cuantas personas lleguen finalmente en AVE a Almería a la estación, que se hará en el mismo lugar que la actual intermodal. Y en ese ánimo, siempre constructivo, he vuelto a enviar otra carta a la presidenta de ADIF para solicitar una reunión de trabajo en la que se aborden todas estas cuestiones. Estoy convencido de que pronto podremos salir de dudas y encontrar un espacio común de acuerdo para poder seguir trabajando por el mejor futuro de Almería.