Estoy convencido de que el principal reto urbanístico que tiene Almería de cara a su futuro a medio plazo es la integración del puerto en la ciudad y viceversa. Y es que no debemos entender esta actuación tan sólo como la eliminación de barreras físicas que permitan que el resto de la ciudad esté más cerca del puerto. Se trata de hacer una fusión real y efectiva entre dos zonas de Almería que el tiempo y algunas disposiciones legales han ido separando, invirtiendo el sentido histórico de una relación que siempre ha sido muy estrecha en una ciudad que no en vano fue llamada Portus Magnus en tiempos de los romanos. Por eso, ya digo, es necesario que Almería vuelva a ser una ciudad portuaria en lugar de ser una ciudad con puerto. Y para ello, uno de los principales objetivos del proyecto en el que estamos trabajando con tanta ilusión en el Ayuntamiento y en la Autoridad Portuaria, es que las zonas que han dejado de tener actividad portuaria en sentido estricto deben ser recuperadas para el uso y disfrute de los almerienses, tal como pasaba hace unas décadas, siempre basando esta premisa en unas relaciones de sostenibilidad para todas las partes y en beneficio de todos. Es cierto que los tiempos y las disposiciones legales sobre las fronteras y los transportes han cambiado, pero estoy seguro de que esta actuación permitirá a los almerienses reconciliarse de algún modo con su propia historia y con el particular modo de entender y trazar el relato urbano de una ciudad nacida y crecida en torno a su rada natural.
Como Alcalde soy consciente de la importancia que el Puerto tiene en la economía de la ciudad y la Provincia por extensión. En él se desarrollan actividades con un alto valor añadido que suponen un foco de creación de empleo que hoy se antoja fundamental. Y si uno de los objetivos que me he trazado para mi labor como Alcalde es crear más oportunidades para un mayor número de almerienses, creo que la integración del puerto en la ciudad es un elemento clave. En los estudios de impacto sobre la economía de la provincia, se estiman que los puertos de Almería y Carboneras generan un total de 2.000 empleos directos y 6.000 indirectos y las empresas y actividades que en ellos se desarrollan mueven en torno a1.200 millones de euros. Por todo ello reitero la posición firme y decidida de colaborar con el Puerto, de trabajar de la mano del resto de las administraciones y de que las oportunidades que aquí se generen redunden, al cien por cien, en beneficio de la gente. De nada sirven los grandes proyectos, las mejores ideas o los planteamientos teóricos mejor diseñados si todo ese esfuerzo, al final, no redunda en cambios, mejoras y ventajas para todos los almerienses.