Siempre que aparece una nueva estadística sobre el empleo en Almería tengo una doble reacción: la de inmensa alegría por cuantos han conseguido -en algunos casos tras muchos meses de preocupación y angustia- un puesto de trabajo, sin que pueda olvidar la incertidumbre de los almerienses que, deseándolo por encima de cualquier otra circunstancia, aún no han logrado encontrar un empleo.

Mi compromiso, mi esfuerzo y toda mi capacidad de maniobra desde el Ayuntamiento de Almería están y estarán siempre con esas personas, porque soy plenamente consciente del enorme problema que significa el desempleo a cualquier edad.

No obstante, creo que existen sobrados motivos para la confianza y para considerar que, a pesar de las dificultades y de los retos que aún debemos superar, estamos en un indudable camino de recuperación económica, de restablecimiento del empleo y de creación de más oportunidades para más gente.

De hecho,  el paro registrado en Almería durante abril se situó en 61.466 personas, bajando en 1.646 parados respecto a marzo (un 2,61 % menos en términos relativos). En términos interanuales el paro ha registrado un descenso record al reducirse en 9.905 personas en los últimos doce meses, lo que representa un descenso del 13,88% respecto a abril de 2016, lo que supone el mayor descenso interanual en un mes de abril de la serie histórica. ¿Quiere decir eso que esté satisfecho? Pues sí y no.

Sí, como digo, por las familias que en estos meses han vuelto a la normalidad del empleo, y no por todos aquellos que siguen a la espera de demostrar o volver a demostrar su valía en el mercado laboral. En otro orden de cosas, creo que es justo señalar que estas cifras demuestran que las reformas del Gobierno de Mariano Rajoy están dando resultados, y que lo prudente y acertado es seguir en esa dirección, por mucho que existan voces que a pesar de la evidencia de los datos insistan en la ineficacia de las reformas, las medidas y las políticas de seriedad y rigor de un Gobierno que es el artífice de una recuperación económica reconocida y aplaudida en el conjunto de la Unión Europea.

Por otra parte, Andalucía sigue creciendo por debajo de la media nacional, con 852.000 andaluces aún en paro, mientras que la maquinaria de la Junta de Andalucía parece más atenta al devenir de la situación interna del Partido Socialista que a la resolución de los verdaderos problemas de las familias andaluzas, que sin duda tienen la falta de empleo de sus miembros en el primer lugar de sus prioridades.