La nueva realidad generada por la pandemia nos obliga a reflexionar sobre la necesidad de afrontar este verano con responsabilidad y mucha prudencia. La evolución de los contagios en la provincia de Almería nos enseña que no debemos bajar la guardia ante la falsa sensación de seguridad que pueden generar las vacaciones que muchas personas van a disfrutar estos días en nuestra ciudad. El difícil equilibrio entre la recuperación progresiva de la normalidad y la necesaria protección ante la pandemia debe llevarnos a escenarios de buen juicio tanto en lo personal como en lo colectivo. Ese es el camino. Por eso estoy seguro de que los almerienses volveremos a dar una muestra más de buen sentido y compromiso con la salud de todos y de que nos esforzaremos al máximo tanto para no ser contagiados como para contagiar a las personas de nuestro entorno, especialmente a aquellas que tienen algún factor de riesgo, como nuestros mayores. Y creo que es posible mantener unos aceptables niveles de normalidad estos días observando en todo momento las recomendaciones que se vienen haciendo desde las instituciones sanitarias y que todos conocemos bien. Recuerda que hay que usar mascarilla siempre, en la calle y en los espacios públicos. Debemos insistir en una frecuente limpieza de manos con agua y jabón o gel hidroalcohólico. No debemos olvidar la necesidad de mantener una distancia de seguridad con las demás personas, tanto en la calle como en los locales públicos y evitar también las concentraciones de grupos superiores a quince personas, algo muy importante en estas fechas tan propicias para los encuentros de familiares y amigos. Sé que esto último puede resultar especialmente frustrante, pero debemos pensar que si queremos que el próximo verano en Almería vuelva a ser como siempre, debemos hacer todo lo posible para frenar cuanto antes la espiral de contagios a la espera de que la investigación pueda aportarnos las vacunas o tratamientos que pongan punto final a la pandemia. Y mientras llega ese día, que sin duda llegará, no queda otro camino que la cautela y la sensatez colectiva. Es mucho lo que está en juego además de la salud, que es lo primero. De nuestra madurez colectiva depende en buena medida que la economía almeriense se reactive poco a poco y evite las durísimas consecuencias de un nuevo confinamiento motivado por un aumento descontrolado de casos. Nuestro futuro está en juego. Por favor, no nos confiemos. Insistamos en el mantenimiento de las medidas de seguridad entre las personas de nuestro entorno, especialmente entre aquellas que, por su edad, viven el verano como una ocasión inmejorable para la necesaria diversión y el encuentro con amigos. Y estoy seguro de que cuando vuelva septiembre y retomemos la costumbre de encontrarnos cada semana en la prensa las noticias serán muy alentadoras en cuanto a la inminencia de la vacuna y que Almería, una vez más, habrá dado un nuevo ejemplo de seriedad y compromiso colectivo. Feliz verano a todos.