Una ciudad como Almería no es fruto directo de la labor de un alcalde, ni de un equipo de gobierno, ni de un partido político concreto. Almería es lo que hacemos a diario por ella todos los que la queremos y la cuidamos. En este sentido, una ciudad es un marco global de convivencia en donde cada colectivo y cada sector aporta su esfuerzo y su trabajo guiados por el interés de hacer cosas positivas y sumar en el objetivo común de hacer de Almería una mejor ciudad cada día. Hacen Almería los clubes deportivos, que ocupan las tardes de miles de niños con entrenamientos y competiciones. Hacen Almería las agrupaciones de carnaval, que se esfuerzan cada año por ofrecer las mejores muestras de ingenio y cariño por Almería en los ensayos, en los escenarios y en la calle. Hacen ciudad los seguidores de los equipos deportivos de Almería, que cada fin de semana siguen con pasión las diferentes ligas en las que participan, llevando el aliento de la ciudad en la defensa de nuestros colores. Hacen Almería las asociaciones de vecinos de los diferentes barrios, que son la fuente más directa para la necesaria interlocución que necesita el Ayuntamiento para conocer las necesidades e inquietudes de los almerienses que viven y trabajan en las distintas zonas de la ciudad. Hay más colectivos igualmente importantes y sin los que le dinámica diaria de la ciudad no podría seguir su camino de avance y transformación, pero me voy a detener brevemente en un colectivo que es muy importante en la ciudad de Almería. Me refiero a la labor de las diferentes Hermandades y Cofradías, que viven cada año trabajando con ilusión y con la mirada puesta en la Semana Santa para hacer grande a Almería. Con independencia de la motivación religiosa y la esfera individual de las creencias, lo cierto es que las cofradías son un elemento aglutinador de voluntades y actividades como no hay otro en nuestra ciudad. La mejor prueba de ello la tenemos cada año en la celebración de los desfiles procesionales por las calles de Almería, que suponen un importante atractivo turístico y un potente factor de activación de la hostelería y el comercio almerienses, lo que supone finalmente un gran impulso para la creación de empleo y riqueza. En este sentido, me siento especialmente orgulloso del nivel de colaboración y sinergia que este Ayuntamiento tiene con la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería, a las que quiero agradecer desde aquí –al igual que agradezco la pasión por lo  nuestro que tienen los demás colectivos- su esfuerzo anual por seguir haciendo de Almería una capital más grande, más próspera y más atractiva para más gente. Y mientras yo sea Alcalde, eso seguirá siendo así.