Gracias. Es una de mis palabras favoritas y de las que más veces puedo emplear a lo largo del día. Pero además, en este caso es una expresión sincera de lo que siento una semana después de producirse el resultado electoral del pasado domingo. Y gracias también a los que, en el mismo ejercicio de su libertad, optaron finalmente por cualquiera de las otras opciones políticas que concurrían a los comicios.

A lo largo de la campaña señalé que en muchas ocasiones, un problema resuelto había sido antes una oportunidad concedida. Pues bien, a quienes no me han votado quiero trasladarles mi firme compromiso de aprovechar la oportunidad de seguir trabajando, con más ganas aún si cabe, para mejorar sus barrios, su vida y la de sus familias.

Así entiendo la política y así pretendo seguir desarrollando este trabajo, que para mí es el más bonito del mundo, en los próximos años.

La Almería que viene está en el umbral de culminar unos procesos de transformación y mejora que van a marcar un antes y un después en nuestra historia, y que van a traducir en obras estratégicas y beneficiosas para toda Almería, que llevan enquistadas desde hace demasiados años.

Veremos cómo cambia nuestra ciudad con la llegada del AVE, la transformación del entorno de la Alcazaba, la prolongación del Paseo Marítimo y la finalización de las obras de la Plaza Vieja, para convertirla en el verdadero motor dinamizador del Casco Histórico.

Si todo sigue su camino, estoy convencido de que además podremos ver ya las primeras obras de una actuación que va a ser clave en la Almería del S. XXI, como es el Puerto Ciudad.

En definitiva, creo que merece la pena confiar en la mirada abierta y optimista que hemos venido trasladando a Almería, en donde las cosas se van a seguir haciendo bien, en donde se van a crear más oportunidades para más gente y en donde se va a seguir viviendo objetivamente bien.

En paralelo, nos seguiremos esforzando por corregir los desequilibrios y mejorar en los aspectos que los almerienses nos han trasladado en estas últimas semanas de intensa campaña.

Y es verdad que las elecciones acaban, pero la vida sigue. Y sigue con diálogo, con voluntad de entendimiento y con la intención de escuchar más y hablar un poco menos.

En los próximos días me reuniré con los portavoces del resto de fuerzas políticas y, juntos, sentaremos las bases de una convivencia municipal que, estoy seguro, evitará el permanente debate ideológico y seguirá apoyando la capacidad de los almerienses para desarrollar su talento y crear riqueza en la ciudad que, para mí, es sin duda la mejor del mundo.