El próximo 10-N los almerienses vamos a tener en nuestra mano la herramienta más poderosa que existe en democracia para cambiar las cosas: el voto. Y al margen de las legítimas preferencias y afinidades de cada cual, en Almería hay un hecho incontestable que puede comprobarse cada vez que el PSOE tiene responsabilidades de Gobierno en Madrid o Sevilla: ningún gobierno socialista ha querido tender puentes con el Ayuntamiento de Almería por el simple hecho de que los almerienses no les votan. Así de sencillo. Y no es una afirmación gratuita propia de la efervescencia de la campaña electoral, sino que es algo que cualquier almeriense puede comprobar fácilmente. Piensen en tres actuaciones importantísimas para Almería, que venían siendo reclamadas por los almerienses desde hace décadas y que desde el Ayuntamiento, y con la inestimable ayuda del gobierno central del PP y de modo especial del que fuera ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, habían conseguido salir del cajón del olvido para ponerse en marcha: las obras del soterramiento y eliminación del paso a nivel del Puche, la prolongación del Paseo Marítimo y la rehabilitación y puesta en valor del que, a mi juicio, es el edificio más bonito de toda Almería, que es la antigua estación de ferrocarril. Esos tres proyectos estaban activos y en marcha cuando la moción de censura de Sánchez desalojó a Rajoy de la Moncloa. A día de hoy esas tres obras están paradas y sin previsión de reanudación. Y no sólo eso. Mientras que con el gobierno del PP había quedado establecido que una vez restaurada, la estación pasaría a ser propiedad de todos los almerienses, el gobierno del PSOE ha reculado y ahora no parece tener la misma buena disposición de los anteriores responsables. Es decir, que el balance de gestión del gobierno del PSOE con Almería capital ha sido, una vez más, lamentable. Obras paralizadas por falta de pago y compromisos deshechos, además del olvido de promesas del propio PSOE, como una importante inversión para la rehabilitación del Cable Inglés. Pero la buena noticia es que el domingo 10 de noviembre los almerienses vamos a poder elegir entre una cosa y la otra. O bien continuar con los habituales retrasos, olvidos y paralizaciones que caracterizan históricamente a la actuación del PSOE con Almería capital, o elegir un gobierno que vuelva a cumplir con todos los almerienses. Y es que ya está bien de políticas rancias y sectarias que condicionan la inversión del gobierno al color político del ayuntamiento. El 10 de noviembre tendremos en la mano la receta más fácil para acabar con eso y garantizar que Almería siga avanzando.