Exponer en foro de gran nivel tu proyecto de presente y futuro para Almería es siempre un privilegio que quiero agradecer hoy a Europa Press Andalucía y Fundación Cajasol, que me invitaron hace unos días a participar en un desayuno informativo en el que desarrollé mis ideas sobre la ciudad que tenemos y la que queremos tener en el futuro. Como Alcalde, mi trabajo diario se encamina a la puesta en marcha de una ciudad inteligente, innovadora y abierta, en un proyecto que no quiero situar en el marco estrictamente electoral. El error de los equipos de gobierno es planificar su actuación pensando de cuatro años en cuatro años. Gobernar para intentar ser reelegido es como salir a empatar un  partido. Y hay que gobernar para ganar el Mundial. Yo estoy dibujando una Almería con las luces largas de un proyecto que va más allá de la próxima cita electoral. Y habrá sin duda quien piense que poner en marcha el soterramiento, las primeras obras del AVE, ampliar el Paseo Marítimo, abrir la nueva biblioteca municipal, poner en marcha el Puerto-Ciudad, rehabilitar la Estación o cambiar el entorno de la Alcazaba son jugarretas electorales. Allá ellas y ellos. Yo creo que Almería necesita un alcalde que sea capaz de salir de las cuatro paredes de la urna para pensar en su ciudad.  Y eso es lo que yo estoy haciendo. Como Alcalde de Almería digo al nuevo Gobierno que los almerienses, y su alcalde el primero, estamos convencidos de que sabrá estar a la altura del momento histórico que vive esta ciudad, en la que se han planificado importantes proyectos de transformación y mejora. Mi mano está tendida con una lealtad basada en el cumplimiento inaplazable de lo ya acordado. Sin incertidumbres y sin crispaciones que nada aportan.  Almería no se merece que alguien, por querer hacer política en lugar de gestión, frene la dinámica en la que habíamos entrado y a la que tanto trabajo nos costó llegar.  Mi reto es seguir convocando a los almerienses en torno a la tarea de hacer de nuestra ciudad un entorno más habitable, próspero, luminoso y abierto, en el que resulte atractivo no sólo vivir, sino también invertir, emprender y por supuesto pasarlo bien. Almería no es, ni mucho menos esa calamidad en la que tantas veces los propios almerienses insistimos. Almería es una gran ciudad habitada por gente que no termina de creérselo. En la medida que seamos capaces de invertir ese discurso y modificar el relato derrotista que tantas veces hemos hecho de Almería, estaremos más cerca de ganar el futuro. Cambiar la perspectiva que tenemos sobre nuestra ciudad es un gesto sencillo que abre el encuadre de nuestro análisis y mejora nuestras posibilidades de actuación. Sé que ese escenario está al alcance de nuestras capacidades y de nuestro compromiso de entregar mañana a nuestros hijos una ciudad mejor que la que recibimos de nuestros padres.