Por primera vez en su historia, Andalucía ha celebrado su día, el 28 de Febrero, con una Junta de Andalucía presidida por alguien ajeno al PSOE. El dato, que supera la dimensión de lo anecdótico, marca la relevancia de un cambio radical en la gestión pública andaluza, que legítimamente llena de ilusión y esperanza a millones de andaluces. Esta nueva página de desarrollo económico, bienestar social y compromiso con el progreso, se está viviendo con especial ilusión en Almería, provincia que durante años ha sufrido de manera directa las consecuencias del clientelismo partidista y centralista con la que el PSOE andaluz gobernó la Junta durante casi cuarenta años. El cambio, que en el plano de la voluntad política se está plasmando con una incuestionable vocación de cercanía con Almería por parte del nuevo gobierno que preside Juanma Moreno, viene a marcar de modo indudable un nuevo tiempo en las relaciones de nuestra capital y de nuestra provincia con la Junta de Andalucía. A nadie escapa que durante demasiados años, la forma de gobernar del PSOE generó entre los almerienses una enorme frustración basada en los permanentes incumplimientos, los constantes retrasos y el ninguneo propio de quien no quiso dejar de tratar a la provincia más lejana de Sevilla con el menosprecio por bandera. A ello había que añadir una relación de permanente confrontación y bloqueo por parte de la Junta al Ayuntamiento, la institución más cercana al día a día de los almerienses. Y tengo que decir que estoy seguro de que el nuevo tiempo que se abre va a ser radicalmente diferente. Y de esta nueva buena relación entre ambas administraciones van a salir ganando todos los almerienses. Desde ahora, los proyectos municipales van a encontrar en la administración autónoma un espíritu colaborador e impulsor bueno para Almería y bueno también para el resto de Andalucía. Y creo que ese cambio de actitud lo merecen las empresas, las iniciativas y el patrimonio cultural e histórico de nuestra provincia, que durante años se dio de bruces con el rechazo y dificultades burocráticas y administrativas. Lo merecen nuestras iniciativas sociales y nuestra cultura, así como las numerosas actividades que necesitan el respaldo de la administración autonómica. Después de recibir la visita del Presidente Moreno, que apenas tardó unas semanas en querer venir a Almería tras su nombramiento, rompiendo así una dinámica de desidia y ninguneo que cobró con la anterior presidenta, Susana Díaz, cotas difícilmente superables, he recibido la visita de la nueva Delegada del Gobierno de la Junta en Almería, Maribel Sánchez, que me ha trasladado la firme voluntad de coordinar desde las diferentes delegaciones de las Consejerías un espíritu de colaboración directa y ayuda mutua en todos los asuntos que puedan suponer ventajas y beneficios para el conjunto de los almerienses. Un tiempo nuevo en el que todos salimos ganando.