Una ciudad es también un estado de ánimo. Y desde el agradecimiento, la confianza y el optimismo, afronto este nuevo mandato como Alcalde de Almería agradecido a todos cuantos han hecho posible este momento.

A todos los almerienses que dieron su confianza a la candidatura que tuve el honor de encabezar en nombre del Partido Popular y a cuantas personas, a lo largo de mi vida y mi trabajo diario, han aportado sus valores y energías en la consecución de este éxito.

Pero el verdadero éxito no es ganar: el éxito es ser agradecido, porque la gratitud es la enseñanza más grande que podemos adquirir y la herramienta más poderosa para mejorar la percepción de la realidad. Pero sobre todo, afronto este nuevo mandato desde el optimismo en Almería y en la capacidad de los almerienses.

Almería está en el umbral de alcanzar una serie de transformaciones y avances históricos que van a ser objetivamente buenos para todos: la llegada del AVE, el final de las obras de la Plaza Vieja, el Paseo Marítimo, el Puerto Ciudad… una serie de avances y mejoras para los que, desde el Ayuntamiento, me propongo generar un marco de estabilidad y seguridad que haga posible que los almerienses veamos cumplidas todas estas expectativas. Un futuro muy positivo a cuya construcción conjunta convoco al conjunto de la sociedad almeriense.

Todos y cada uno de nosotros, desde nuestras diferentes posiciones y responsabilidades, podemos aportar a este esfuerzo y sentirnos partícipes de un tiempo especial que va a situar a Almería en la segunda década del Siglo XXI en unas condiciones extraordinarias, que nunca antes habíamos podido disfrutar.

Y este llamamiento está al margen de la visión partidista o política de las cosas. Como almerienses que somos, estoy seguro de que son muchas más las cosas que nos pueden unir que las que nos pueden separar.

Por tanto, me propongo que los próximos cuatros años en la vida municipal se centren en el día a día de las necesidades de los almerienses y dejen de lado las normales, pero en ocasiones totalmente improductivas, tensiones ideológicas o políticas. Almería es y será el primero y el último de mis afanes. La guía de todos mis actos.

Procuraré estar a la altura de la confianza recibida y hacer honor a mi compromiso con la Constitución con lealtad, con entrega y dedicación a los intereses generales de todos los almerienses sin excepción.

Y sé que encontraré siempre en el conjunto de la sociedad almeriense el mejor apoyo y el estímulo más eficaz. Gratitud es recordar con el corazón y no con la cabeza. Por eso, de todo corazón, muchas gracias a todos.